LAMB, significa Cordero y es el nombre que recibe la lucha senegalesa en lenguaje Wolof.
En los suburbios de Dakar los jóvenes se entrenan a diario, esperando fervientemente que llegue el momento de saltar al campo de arena y vencer a su oponente. Si uno sale de la arena como un ganador, el público le aclamará y algún día podrían llegar a ser campeones, ricos y casi una divinidad.
El ansia por conseguir una victoria que pueda cambiar sus vidas, instala en su mirada la ferocidad de un león. Son gladiadores y están dispuestos a luchar hasta la muerte.
El fotógrafo francés Denis Rouvre, muy reconocido por la intensidad de sus retratos, ha captado la tensión y la fuerza de los cuerpos de estos dioses de la lucha.