Karoly Escher fue uno de “los que se quedaron”. Nos referimos a aquella prolífica generación en los años 30 de fotógrafos húngaros. Robert Capa, Sylvia Plachy, André Kertész o Brassaï son algunos de los nombres de aquellos que salieron de Hungría, su país natal, para continuar con su carrera fotográfica y formar parte de la memoria colectiva en la historia mundial de la fotografía. Otros, como Karoly Escher, se quedaron en su país, construyendo la memoria de Hungría.
Escher se interesó en la fotografía con tan sólo diez añitos. Se construyó su propia cámara con una caja de puros. Aunque estudió ingeniería y se convirtió en un ingeniero calificado, mantuvo su interés por la fotografía.
Su carrera profesional como fotógrafo comenzó en 1928, cuando fue invitado a trabajar para la revista Az Est (Tarde) como sustituto del famoso fotógrafo Munkacsi. Escher pronto se convirtió en el fotógrafo húngaro más importante conocido en los medios de comunicación por su tratamiento objetivo acerca de los hechos políticos que acontecían. También fue un pionero de la fotografía de 35mm y el uso del movimiento. Durante su carrera ha trabajado para numerosas revistas, entre ellas, Kepes Figyelo (Visual observador). Sigue leyendo